domingo, 18 de octubre de 2015

INTELIGENCIA FAMILIAR, PARA VIVIR EN ARMONÍA

Poner la inteligencia emocional al servicio de la convivencia familiar puede a ayudarnos a vivir en un ambiente más armónico.
Aceptar la diferencia de cada miembro de la familia, controlar la rabia, saber hacerle una crítica a la pareja... La inteligencia familiar permite sostener la familia, sin importar su estructura. Así lo afirma la psicóloga María Elena López en su más reciente libro.



Hemos oído hablar de la inteligencia emocional, ahora usted menciona la inteligencia familiar, ¿en qué consiste?
La inteligencia emocional mostró que tenemos la capacidad de resolver conflictos, aceptar la diferencia, ponernos en el lugar del otro, ser empáticos y vivir en armonía. La idea es que esas habilidades, que todos podemos desarrollar, las pongamos al servicio de la convivencia familiar, porque tenemos muchos conflictos en la familia. Por ejemplo, aceptar que mi hermano piensa distinto a mí, la familia con niños pequeños es distinta a la que tiene un adolescente.

En la familia no siempre hay que estar armónicos y pasando rico, también hay momentos duros y difíciles, pero elijo cómo resolver todo eso.

Se ha habla mucho de la crisis de la familia.
No está en crisis, ha cambiado, pero sí hay mucha desesperanza. Vivimos con mucha presión y estrés que permean a la familia y esta no termina siendo ese lugar tranquilo al cual llegar. Pero la familia sí funciona.

¿Pero las separaciones siguen en aumento?
A pesar de ellas, las familias siguen existiendo, lo que pasa es que se han transformado: papás separados, niños que viven con los abuelos, familias recompuestas, vivir con los hermanos... Independientemente de su forma, la familia sí tiene potencial para seguir dando afecto, identidad y sentido de pertenencia.

¿Cómo hacer familia en esas circunstancias?
La familia ha cambiado profundamente, al ritmo que ha cambiado el mundo y hay que ajustarse para que siga dado lo que da: el amor.

¿Cuáles son los desafíos de las familias de hoy?
Entender las diferencias. Antes los hijos se sometían a los papás y las mujeres a los hombres. Ahora las individualidades son más evidentes: al año el niño dice qué es lo que se quiere poner, por ejemplo, y las mujeres reclaman su voz. Eso marca el desafío de entender la diferencia.

También está el reto de manejar la presión, el estrés y la fatiga, así como la violencia en un país como este. Y modular las expectativas que cada vez son mayores frente a la felicidad, pasarla bien, ser exitosos y tener comodidades. Hay que tener en cuenta que la familia pasa por momentos de dolor y sufrimiento y hay que manejarlos.


¿Se requiere mucha inteligencia familiar para manejar esos nuevos esquemas de familia?
Las familias están avocadas a esas complejidades. La recompuesta es mayor, más demandante, porque tienes tus hijos y los de él y hay que sostener temas de disciplina y valores de convivencia, pero no están condenadas al fracaso. El desafío, en medio de esa complejidad, está en poder dar lo que se encuentra en la familia.

¿Y qué es lo que encuentra en la familia?
Ese lugar cálido, el valor del afecto y del amor, a pesar de las dificultades. La familia sigue siendo una institución universal, así sea distinta. Hay familias que son los amigos, porque la familia no la define la estructura sino las funciones de proveer afecto, identidad, seguridad, estabilidad.

Para tener en cuenta
- No hay una familia modelo, sino un estilo familiar que tiene sus propias formas de manifestar el afecto, manejar los conflictos comunicarse y establecer las normas y límites.
-Todas las familias tienen conflictos. Sentirse bien y sentirse mal hacen parte de la convivencia.
- El amor lo asegura todo, pero se necesita mantenerlo y acrecentarlo con esfuerzo y voluntad.
- La familia no lo es todo. Hay que alimentar las relaciones con los amigos, compañeros de trabajo, etc.
- Si me quieren, deben saber lo que necesito. No, nadie es adivino; hay que hablar y expresar lo que pensamos y sentimos.

Publicado en el diario El Tiempo, septiembre 16 de 2015, por MARIA ELENA LOPEZ

sábado, 10 de octubre de 2015

¿Por qué debo inscribir mi hijo en Tareas Dirigidas?

Según la psicopedagoga Paula Rodríguez, no todos los niños necesitan ir a tareas dirigidas, porque hay quienes tienen  un buen nivel de rendimiento escolar.
Igualmente, dice que los padres si tienen el tiempo necesario para atender a sus hijos, pueden ser maestros en casa y ayudarlos a avanzar  sin necesidad de inscribirlos en las tareas dirigidas.
La especialista aclaró que en los casos en los que el alumno tiene dificultades de aprendizaje, la docente es la primera que debe analizarlo y llevarlo con la psicopedagoga del colegio. Según sea la situación, ésta  remitirá al niño a un psicólogo si presenta problemas de conducta o a un neurólogo si es por déficit de atención.
“Muchas veces se dan casos especiales y las docentes o los mismos padres no se dan cuenta. Con ellos hay que trabajar un poco más”, indica Rodríguez.
Guaimacuto y Rodríguez  resumieron los beneficios  que aportan las tareas dirigidas a los niños: los ayuda a avanzar en las actividades académicas, refuerza su autoestima, les facilita la labor a los padres en caso de que tengan que estudiar con ellos en casa y aseguran su avance escolar porque reciben  atención individual al trabajar con grupos integrados por un máximo de  15 niños por jornada. Esto se logra si el instructor es una persona formada y no improvisa. (Tomado de http://eltiempo.com.ve/tiempo-libre/educacion/en-camino-a-ser-los-mejores/1847)
Muchos son los factores que se deben tomar en cuenta para decidir si debe llevar a su hijo (a) a tareas dirigidas, aunque los principales son:
- Recomendaciones hechas por especialistas del colegio donde cursa estudios regulares.
- Si se observan debilidades en la adquisición de conocimientos propios del grado que cursa.
- Cuando se observa que al niño (a) se le dificulta realizar las tareas por sí solos y no entienden (o no atienden) las orientaciones de sus padres.
- Cuando los padres tienen poco tiempo por compromisos laborales, lo que afecta directamente los horarios de los niños para realizar las tareas y por lo general, se pierde el seguimiento que éstos deben tener en el desempeño de sus hijos. 

¿Dónde debo llevar al niño a cursar tareas dirigidas?

Como ya se ha dicho, "No todos los niños tienen la misma velocidad para captar las ideas y explicaciones que da la maestra en clase. Menos si  factores como el tiempo o la cantidad de alumnos por grupo influyen en la jornada diaria  y hace que  ese  contenido académico quede de cierta manera  un poco “vago” en la memoria de algunos  de ellos".
"En estos casos lo más indicado es que el estudiante refuerce sus conocimientos asistiendo a tareas dirigidas,  que  son prácticas que lo ayudan  a asimilar de manera más fácil el contenido que vio en clase y por lo tanto le permite tener un mejor rendimiento académico".
De allí la importancia de hacer una buena selección a la hora de decidir llevar a su hijo a tareas dirigidas. Algunas recomendaciones para hacer dicha elección son:
1- El método ofrecido debe ser integral, es decir, su niño deberá recibir ayuda para realizar las tareas pero además deberá recibir orientaciones en todos los demás aspectos importantes en su educación como son: disciplina, higiene, valores.. que le permitan complementar su educación, para logra hacer de él o ella el tipo de ciudadanos que requiere la sociedad.
2- Las instalaciones deben ser adecuadas a la actividad que se realiza. No es lo mismo llevar a su hijo a realizar tareas en un patio o garaje, donde las mesas y sillas no son adecuadas ni ergonómicas, que llevarlo a un lugar que le ofrezca mesas de trabajo o pupitres que cumplen con las normas exigidas por las autoridades educativas del estado de acuerdo a la edad de cada niño, ventilación adecuada, baños, espacios específicos para cada actividad (lectura, escritura, música, recreación...). 
3- El personal encargado de atender a su hijo deber ser profesional, No se puede confiar la educación de un hijo a alguien que tenga muy buenas intensiones y ganas de ayudar pero que no tenga la preparación suficiente para atender casos y situaciones específicas que se presentan a diario en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Si lo que desea es que mantengan ocupado a su hijo un par de horas diarias mientras usted se desocupa, lléveselo a esas personas. Si por el contrario, usted quiere que su hijo refuerce sus conocimientos, asimile de manera más fácil el contenido que vio en clase, mejore su rendimiento académico, mejore la manera de expresarse y actuar, desarrolle aún más sus capacidades y descubra sus nuevos talentos, entonces asegúrese de llevarlo a unas tareas dirigidas donde sean profesores, maestros, pedagogos u otros profesionales del área los encargados de llevar a cabo tan importante labor.
Se trata de la educación y el futuro de sus hijos, así que "a tomar buenas decisiones".
¡Dios los bendiga!

domingo, 4 de octubre de 2015

¿Qué debo hacer para educar a mi hijo?

       Todos los que somos padres tratamos de hacer lo mejor por nuestros hijos. Siempre pensamos que debemos darles más de lo que tuvimos nosotros mismos a su edad. Sin embargo, muchas veces nos equivocamos y cometemos errores que en lugar de ayudar lo que hacen es crear en ellos actitudes negativas que les pueden afectar en su vida personal y a su entorno familiar y social.




       Navegando en Internet, me conseguí con unos simples consejos que creo que podemos poner en práctica para lograr llevar una vida de armonía, amor y comprensión con nuestros hijos y harán de la educación en el hogar una tarea más fácil. 

Los invito a leer y reflexionar: